Bolivia en 2020

Bolivia ha sido considerado durante largo tiempo el país más pobre de Sudamérica. Aunque la situación económica ha mejorado algo, ese crecimiento es apenas perceptible para muchos sectores de la población. La Iglesia es la única institución que se compro-mete con los débiles, los pobres y las personas socialmente abandonadas, enfrentándose a grandes dificultades al hacerlo. El motivo es que en muchos lugares hay una carencia alarmante de sacerdotes y religiosos para atender a los casi 9 millones de fieles. ACN colabora con la Iglesia local ofreciéndole toda su dedicación y compromiso para la realización de sus tareas.

Casi un 80% de los 11 millones de bolivianos son católicos. La atención a los fieles se convierte en una tarea titánica en aquellos lugares en los que existe una carencia de sacerdotes y religiosos. Algunos de estos lugares son las ciudades cuya población ha aumentado mucho a causa del éxodo rural, así como las áreas extensas y de difícil acceso de los Andes bolivianos.

Una hermana misionera de la congregación de las “Misioneras de Jesús Verbo y Víctima” durante un bautizo en Sucre.
Una hermana misionera de la congregación de las “Misioneras de Jesús Verbo y Víctima” durante un bautizo en Sucre.

Por ejemplo, la capital La Paz, situada en los Andes a 3.600 metros de altitud, ya cuenta con un millón de habitantes debido a la llegada de personas procedentes de las zonas rurales. Al mismo ritmo aumenta a la vez el número de fieles en las parroquias, por lo que se necesitan más sacerdotes urgentemente. ACN respondió a las solicitudes de las diócesis afectadas y en 2020 siguió apoyando la formación de 29 futuros sacerdotes.

En muchos lugares predomina la pobreza extrema, como en El Alto.
En muchos lugares predomina la pobreza extrema, como en El Alto.

La pandemia también pone en jaque a la Iglesia local. Las monjas carmelitas de Santa Cruz ilustran claramente las dificultades de la Iglesia en tiempos del coronavirus. Generalmente, las hermanas se ganan el sustento horneando hostias para la Santa Misa. Pero los servicios religiosos se han restringido mucho debido al peligro de infección, lo que ha privado a las carmelitas de una importante fuente de ingresos.

La Buena Nueva debe ser anunciada sobre todo a los sufrientes y a los marginados

Krzysztof Bobka, coordinador de tra-bajo social en la diócesis de El Alto

ACN les ayudó ofreciéndoles un subsidio para su manutención. También pudimos ayudar a otras congregaciones de religiosas de Bolivia con subvenciones económicas. Además, ayudamos a sacerdotes con estipendios de Misas y contribuimos a la financiación de vehículos y de trabajos de construcción en edificios de la Iglesia.

Las ayudas de manutención garantizan la asistencia pastoral en los Andes

Las hermanas de la congregación de las “Misioneras de Jesús Verbo y Víctima” trabajan en las zonas más apartadas, pobres y difíciles, que cuentan con muy pocos sacerdotes. Seis de ellas desarrollan su labor en la archidiócesis boliviana de Sucre, en los Andes. Ni siquiera los trayectos largos y fatigosos les desalientan en el cumplimiento de sus tareas. Las hermanas se han vuelto indispensables para poder seguir facilitando asistencia pastoral. ACN les apoya con ayudas de manutención.