Pandemia de Corona
El 2020 pasará a la historia probablemente como “el año del coronavirus”. En un tiempo increíblemente corto, la pandemia sumergió al mundo entero en una crisis profunda. Pero la Covid-19 no es solo un problema sanitario, social o económico, sino también pastoral. Por eso, tras el estallido de la pandemia, nuestra organización tuvo que poner en marcha un programa especial para ayudar a la Iglesia a hacer frente a los retos planteados por la crisis del coronavirus. Sobre estas ayudas contra los efec-tos del coronavirus hemos hablado con Regina Lynch, directora de proyectos de ACN.
¿Qué necesidades acuciantes comunican los colaboradores de ACN en relación con la crisis del coronavirus?
La mayoría de nuestros colaboradores en todo el mundo no nos comunican tanto necesidades sanitarias, sino más bien los efectos que las restricciones tienen en la vida diaria de las comunidades. La situación perjudica sobre todo a la Iglesia, ya que durante los periodos de confinamiento o cierre general no hay posibilidad de realizar servicios religiosos públicos ni de llevar a cabo los habituales programas sociales y pastorales en las parroquias. A esto hay que añadir que, en muchos de nuestros países colaboradores, las colectas durante las Mi-sas del domingo garantizaban la superviven-cia de sacerdotes y religiosos. Esta fuente de ingresos se ha perdido de un día para otro a causa del confinamiento.
¿Cuáles son las prioridades de la ayuda de ACN contra el coronavirus?
En esta difícil crisis, para muchas personas una fe sólida es a menudo la mejor medi-cina. Por eso, como fundación pontificia debemos garantizar principalmente que la Iglesia no se vea obligada a dejar de llevar a cabo sus tareas pastorales y espirituales por la falta de recursos económicos. Esto quiere decir que ayudamos sobre todo a sacerdotes y religiosas necesitados con estipendios de Misas y subsidios para su manutención. Pero también debemos proporcionar medios económicos a las Iglesias locales para la adquisición de mascarillas y vestimenta protectora, y ayudar a las emisoras de radio y televisión a comprar equipamiento técnico para que los fieles puedan tomar parte en la Santa Misa por radio o televisión durante el confinamiento y puedan recibir el mensaje del Evangelio.

ACN ha puesto en marcha un programa especial contra el coronavirus. ¿Qué ayudas se han concedido y proporcionado hasta el momento?
Gracias a la generosidad de nuestros bene-factores entre los meses de marzo y mayo de 2020 pudimos entregar más de 385.000 es-tipendios de Misas por valor de 3,1 millones de euros en concepto de ayuda inmediata a unos 10.500 sacerdotes. En ese mismo periodo también aprobamos la concesión de subsidios económicos para religiosas de casi todas las partes del mundo por valor de unos 800.000 eu-ros. En todo el año 2020, nuestras ayudas contra los efectos del coronavirus alcanzaron un volumen de casi 6,3 millones de euros, distribuidos en un total de 401 proyectos. Así, pudimos aumentar la ayuda económica para sacerdotes en un 95% con respecto al año pre-cedente, es decir, casi al doble. La concesión de estipendios de Misas aumentó en un 23% con respecto al año precedente, y los subsidios para la manutención de religiosas en un 24%.
En esta crisis, una fe sólida es a menudo la mejor medicina.
¿Qué proyecto le ha impresionado más en este año de crisis?
En todo el mundo, lo que más me impresiona es la dedicación incansable y desinteresada de sacerdotes y religiosos, quienes durante la pandemia generalmente tienen que llevar a cabo su labor en circunstancias muy difíciles. Un ejemplo de ello son los sacerdotes de la diócesis de Dolisie en la República del Congo, que comparten los estipendios de Misas que les enviamos con las personas más pobres de su comunidad. También me conmueve la entrega de numerosas religiosas, como por ejemplo las de la congregación de las “Hermanas Sociales” de Cuba, que, pese a las restricciones impues-tas, siempre encuentran la manera de conti-nuar con su labor de ayuda espiritual y seguir atendiendo a los ancianos o apoyando a las personas sin hogar.